Comunidades energéticas: presente y futuro del autoconsumo colectivo

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Comunidades energéticas: presente y futuro del autoconsumo colectivo

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¿Sabes qué es una comunidad energética? En este artículo te explicamos qué son, los diferentes tipos de comunidades energéticas que podemos encontrar, las actividades que pueden desarrollar y las ventajas que ofrecen.

En las últimas décadas hemos visto una mayor apuesta por el autoconsumo compartido, ya sea a nivel barrial, industrial o municipal, dando lugar a una nueva forma de autoabastecimiento energético colectivo. En este contexto, comenzaron a surgir las llamadas comunidades energéticas locales, que no solo cedieron el poder de decisión y la responsabilidad a los socios, sino que también trabajaron para beneficiar a los miembros de la comunidad en diferentes niveles o niveles. Incluso tu propia ciudad.

Aunque España aún no ha promulgado una normativa específica, el Plan Nacional Integral de Energía y Clima (PNIEC), que se encarga de configurar la política energética nacional para la próxima década, destaca claramente la importancia de que los consumidores empiecen a jugar, individual o colectivamente, un papel protagonista en cambios en los patrones de energía. En este caso, la comunidad energética tiene mayor relevancia.

Supongamos que quieres contribuir a reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio mientras ahorras en la factura de la luz de tu barrio, tu comunidad o un polígono industrial donde se encuentra tu empresa. Entonces decides apostar por el autoconsumo compartido, invirtiendo en instalaciones fotovoltaicas que alimentan a todos los miembros de la comunidad e incluso a tu pueblo.

Darás los primeros pasos para crear una comunidad energética local, que no es más que una fórmula que permite generar, consumir y gestionar el autoconsumo colectivo por un conjunto de socios (donde podemos encontrar público, asociaciones, cooperativas, corporaciones, administraciones públicas, etcétera).

Pero para ser una comunidad energética se debe crear una sola persona jurídica (ej. cooperativa, sociedad limitada, asociación, etc.) cuyo fin sea contribuir a la creación de un sistema energético eficiente, descentralizado, justo y colaborativo, basado en la participación voluntaria de los propios socios con el fin de obtener beneficios energéticos, sociales y ambientales para los miembros de la comunidad y/o el lugar donde se desarrolla la actividad.

Con respecto a la búsqueda de beneficios financieros, la Directiva Europea de Energía Renovable establece claramente que no hay ganancia financiera por los servicios prestados a los socios de la comunidad.

Es importante destacar el carácter abierto, voluntario y autónomo de las comunidades locales de energía, donde los propios miembros controlan y son responsables de toda la cadena de producción de energía desde la producción hasta el consumo. Además de controlar la potencia eléctrica y el consumo excesivo, se obtiene un ahorro energético y se colabora con el medio ambiente.

¿Qué tipos de comunidades energéticas existen?

Dependiendo de las características de la comunidad, podemos encontrar diferentes posibilidades de comunidades energéticas: desde comunidades construidas sobre derechos de propiedad horizontal, hasta comunidades formadas por socios conectados a la misma red de baja tensión, o comunidades que ya existen en otras zonas (por ejemplo , comunidades de regantes, cooperativas agrarias, etc.), a través de núcleos de cohesión social, clusters de servicios públicos o clusters empresariales, etc.

Las comunidades energéticas también pueden ser de distinto alcance, y por tanto pueden utilizar diferentes tecnologías, desde la compra general de servicios o equipos hasta el autoconsumo compartido, pasando por la adecuación energética de los edificios (en el caso de propiedades horizontales) o la generación y compartición centralizada de energía térmica. suministro de energía

Otra posible distinción entre comunidades energéticas se basa en la conexión física entre los socios, encontrando por un lado aquellas instalaciones que permiten a todos los miembros relacionarse físicamente y los de relaciones virtuales, conectados a través de una red común (por ejemplo, en el caso de compras o relaciones agregadas basados ​​en balances contables electrónicos y/o monetarios que no requieran vinculación entre socios físicos). En este último caso, cabe señalar que no permiten la optimización de la electricidad para cada socio ni la aplicación del concepto comunitario a otras fuentes de energía renovables (como el calor) así como la restauración energética de los edificios.

¿Qué actividades puede hacer la comunidad energética?

Para alcanzar los objetivos propuestos, la comunidad energética podrá emprender diferentes actividades, principalmente las siguientes:

  • Producción de energía renovable para centrales eléctricas de autoconsumo compartido y/o energía colectiva.
  • Asigna energía y es responsable de la gestión y mantenimiento de los equipos (cableado, transformadores, etc.).
  • Suministro de energía, co-compra de energía renovable en mercados mayoristas de electricidad.
  • Intercambio de energía entre individuos (el llamado “peer-to-peer”).
  • Incrementar la energía brindando servicios de flexibilidad y balanceo de redes a operadores de sistemas (REE) y distribuidoras.
  • Hay un almacén de energía compartido.
  • Brindar servicios de eficiencia energética que ayuden a los vecinos, comercios e industria local a no pagar más por la electricidad.
  • Prestar servicios de recarga de vehículos eléctricos u otros servicios energéticos.

¿Cómo funciona el consumo compartido en la comunidad energética?

Lo primero que hacemos es contratar colectivamente el suministro de los miembros de la comunidad energética y ver qué tipo de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico te pueden interesar.

Una vez que la unidad está conectada a la red, la energía generada por los paneles solares de la unidad de autoconsumo colectivo se inyecta a la red y es contabilizada por el medidor de electricidad. A su vez, cada miembro tiene su propio medidor, que se utiliza para medir su consumo.

Las comercializadoras cruzarán la información de los medidores con el uso de electricidad de sus socios y, a través de la compensación de excedentes, los compensarán por lo que inyectan a la red al descontar el consumo de electricidad de su mes actual.

Supongamos que unos vecinos consumen más que otros, entonces ¿qué pasa? Cuando esto sucede, la energía que produce pero no consume crea un balance de energía donde puede usarla cuando la necesita y no puede producirla.

¿En qué se diferencia la comunidad energética de las empresas comerciales de energía tradicionales?

La principal diferencia entre la comunidad energética y las empresas comerciales tradicionales es el papel principal del socio.

Por un lado, está abierto a cualquier persona que quiera ser usuario final de los servicios comunitarios energéticos y esté dispuesto a asumir la responsabilidad correspondiente.

Por otra parte, el sistema de gobierno es democrático y directo, basado en la igualdad de poder de decisión, teniendo los votos de uno y otro socio el mismo valor.

Tercero, es una entidad autónoma e independiente de cualquier otra entidad y controlada por los miembros que participan en ella.

Finalmente, el enfoque en la comunidad es otro factor diferenciador, como hemos mencionado, el propósito es lograr beneficios sociales, ambientales y en menor medida económicos (pero no lucrativos) para todos los miembros o comunidades.

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